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En el curso de la trombosis en la vena pélvica, a menudo se producen cicatrices y obstrucción. Dado que las válvulas venosas están involucradas, pueden perder su función. Esto conduce a la congestión de la sangre en las piernas.

Las consecuencias típicas de la obstrucción u oclusión de las venas pélvicas son venas varicosas, hinchazón dolorosa de las piernas, calambres en las pantorrillas y úlceras venosas que cicatrizan mal.

Los procedimientos de diagnóstico modernos y no invasivos pueden localizar con precisión estas obstrucciones y oclusiones.

Si se ha diagnosticado una vena pélvica aguda o crónicamente ocluida o severamente obstruida como la causa, se puede reabrir mediante un procedimiento de catéter mínimamente invasivo.

Debido a la reapertura de la vena pélvica, el flujo sanguíneo en la dirección del corazón mejora. Esto reduce el reflujo en las piernas y, por lo tanto, la presión sobre el tejido. Después de este tratamiento, las úlceras abiertas tienen la oportunidad de sanar y se puede reducir la hinchazón masiva de las piernas. La reapertura de las venas pélvicas ocluidas es un procedimiento complejo que requiere una gran experiencia y un stent venoso que cumple con requisitos especiales.